Los valores de un Samurái-Ronin en nuestros días.

Este post es una de las experiencias más gratificantes que he tenido. Que un Maestro de Aikido y maravillosa persona me escriba una carta contándome lo que piensa de mi y mi proyecto, Waarket, no tiene precio… Sin más, publico, con la autorización del Sensei Salvador Chaves, su carta:

«Para el, Sr. David Carreño, Samurái-Ronin en el mundo profesional y en el Dojo;

He de decirle que la primera vez que hablamos por teléfono para el proyecto del Curso Internacional de Aikido de Fuerteventura, llamó gratamente mi atención, durante la conversación que mantuvimos escuché con suma atención sus palabras, los primeros esbozos que me explicó del proyecto, la ilusión al plantearlo y al mismo tiempo serenidad y realidad del mismo.

Creo que aunque es una persona joven, posee Vd. una experiencia y sensibilidad fuera de lo común. Sus propias vivencias han creado su personalidad y visión muy real de la vida. Creo decirle, sin temor a equivocarme que tiene los rasgos en común de un auténtico Bushi, (Guerrero).

Los Samuráis, desde temprana edad eran instruidos en las artes de la guerra, sabían luchar con la Katana (sable), el Yari o Naginata (lanzas), Kyudo (arco) Ju-Jutsu y Aiki-Jutsu (luchar con las manos vacías), montar a caballo, etc. Sabían matar y morir por un ideal de respeto y lealtad, que les imponía el estricto código del Bushido y el Hagakure.

Samuráis, guerreros disciplinados y feroces sin parangón y al mismo tiempo cultos y educados, pues desde niños se les enseñaba igualmente a leer, escribir, historia, filosofía, estrategia, respeto a sus familiares, a sus mayores, a su propio Clan y se les enseñaba Poesía. Como que unos Guerreros tan feroces y temidos, tan llenos de experiencias cruentas y terribles en los campos de batalla, de heridas físicas y psíquicas, de tener que decidir en segundos entre la vida y la muerte… y al mismo tiempo podían poseer la sensibilidad de escribir un poema.

Paralelamente al Samurái de Clanes (familias guerreras), nació la figura del Ronin (Samurái sin amo o caballero andante). Los Ronin se diferenciaban en tres categorías.

La primera, Samuráis que habían perdido a su Señor en batallas, los que por deshonor a su Clan o por falta grave al Shogún, eran obligados a realizar la ceremonia del el Seppuku (harakiri). Estos Samuráis-Ronin eran adoptados al servicio de otros Clanes.

La segunda, Samuráis que por circunstancia similares a los anteriores y que no eran adoptados por otros Clanes, que su Clan era exterminado o perdían en la batalla se convertían en Ronin-Bandidos. Robando a viajeros, mercaderes o asaltando poblados.

La tercera, Samuráis después de experiencias en Batallas, sintieron la necesidad de buscar algo más que la guerra en sí. Unos movidos por la necesidad de nuevas aventuras, otros para progresar en el camino de “La Espada” y otros en buscar el “Yo” interior. Nació la figura del Ronin (caballero andante). Que en su búsqueda aceptaba duelos, alquilaban su espada a Clanes, aceptabas trabajos para escoltas de Señores feudales, para ricos comerciantes con el fin de defender sus mercancías o para aldeas que sufrían los ataques de los Ronin-Bandidos.

Esta figura del Ronin (caballero andante) ha dado un sinfín de argumentos a leyendas y novelas japonesas, muchas de ellas llevadas al cine. Es esta figura de Ronin, la que en vos Sr. David identifico. Tiene Vd. muchas similitudes con este Ronin-Caballero andante, su vida, sus experiencias, sus batallas y lo más importante…..la búsqueda de su “DO” (camino).

He de reconocerle que Vd. Sr. David, posee muchas de estas cualidades del Samurái-Ronin. Valentía, honor, respeto, educación, superación antes las adversidades y al mismo tiempo sencillez. Todos estos rasgos hace de Vd. un buen Samurai, que sabe aplicar juiciosamente estos valores e integrarlos y desarrollarlos en su mundo laboral, personal y con su práctica diaria del Aikido. Sus vivencias le han conducido a crear su propia empresa y filosofía. La aplicación del Bushido a los negocios y sus resultados son excelentes. Que mejor ejemplo de un Samurái con jefe, a Ronin sin amo. Ha tenido el valor y la convicción de ser Empresario-Ronin, pudiendo aplicar su experiencia y su filosofía en el mundo empresarial (El campo de batalla moderno) y al mismo tiempo buscar su camino evolutivo como ser humano.

Ha sido un placer conocerlo y compartir con un Samurái-Kohai como Vos, las practica del Aikido y el Ken-Jutsu

 

Atentamente

Salvador Chaves, Sensei

3 de Julio del 2014″

Salvador-Chaves-Aikido

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