Diseño Gráfico: una profesión, una vocación, seguramente un modo de vida, incluso una forma de ser. El diseño gráfico es eso y mucho más, el diseño gráfico es una de esas profesiones que o las amas o las odias y yo soy de los que lo ama. Por eso quiero dedicarle hoy este artículo.
Érase una vez un estudiante que no sabía que estudiar…
Llegué al mundo del Diseño Gráfico de casualidad. Siempre me gustó dibujar pero no me había planteado, en mis años de estudiante de Bachiller, ser diseñador gráfico. Realmente, cuando estudié COU (el equivalente a 2º de Bachiller), aún no tenía claro cuál sería mi camino a seguir. Recuerdo que ese verano estuve trabajando en Palma de Mallorca, en las Islas Baleares. Fue el año 1998 y mi prima Natalia me acogió en su casa unos cuantos meses. Entre otros muchos trabajos tuve uno que me abrió un poco los ojos. Trabajé en el periódico «El día del Mundo» (sucursal del diario El Mundo en Baleares). Mi labor allí era la gestión de los productos del almacén, todas esas cosas coleccionables que regalan los domingos con el periódico. Muchos de mis compañeros eran despedidos al poco tiempo de empezar ya que les costaba trabajo evitar la tentación de salir de allí con una mochila cargada de juegos de ordenador, pasta de dientes y demás chorradas dominicales… Yo aguanté la tentación y trabajé allí unos meses.
Allí vi como maquetaban el periódico, vi como diseñaban anuncios y entablé amistad con un diseñador que me explicó en qué consistía su trabajo. La verdad es que me resultó muy interesante. Recuerdo que llamé a mi madre y le dije que mirara a ver si quedaban plazas en la escuela de Diseño de Oviedo, y en caso de ser así, que me matriculara. Tuve suerte, había huecos, pocos, pero había. En octubre de 1998 comencé a estudiar Diseño Gráfico…
El Diseño Gráfico: una forma de vida.
Fue todo un descubrimiento para mí. Desde el primer momento me encantó. Podía hacer todas esas cosas que me causaban broncas en mis anteriores años de estudiante. Podía dibujar, manejar ordenadores, leer sobre los colores y sobre la composición, incluso aprendí a mecanografiar, cosa que veía totalmente imposible.
Fueron unos años realmente fabulosos. Los compañeros inmejorables, los profesores muy entregados a la causa, vamos, que terminé mis estudios con una buena nota y por si fuera poco, comencé a trabajar en una agencia dos meses antes de terminar el curso. Esto lo cuento en mi pequeña biografía que os dejo aquí para el que le interese.
No quiero contar mi vida en este artículo, solo quiero hablar de mi contacto con el diseño gráfico y de lo que este significa para mí.
Es importante dedicarle este tiempo y estas palabras a esta profesión ya que es ella la que me da de comer. Le debo un enorme respeto y una gran admiración ya que sin el diseño gráfico no sería quien soy, ni mi familia viviría como vive (para bien o para mal), y cuando menos, hay que ser agradecido.
Muchas veces leo comentarios que hablan mal de esta profesión. Veo comentarios donde se dicen una gran cantidad de barbaridades al respecto y yo solo quiero decir una cosa: Gracias! Gracias a los colores, gracias a las formas, gracias a las normas y a la innovación, gracias a los clientes buenos y a los malos, a los manuales y a los tutoriales, a los ordenadores y a los libros, gracias al diseño y gracias a la gráfica. Gracias al Diseño Gráfico!!!
El resto no importa…
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