Hace unos días, navegando por la red, me encontré con un artículo sumamente interesante sobre los clientes mal pagadores escrito por Aikidodeoficina. Voy a postearlo aquí pero ampliándolo un poco, ya que, aunque es un gran artículo, bajo mi punto de vista, hay alguna cosa que se le pueden añadir.
Todos nos hemos cruzado a lo largo de nuestra carrera con clientes complicados a la hora de cobrar. Con los años y la experiencia, uno aprende a detectarlos y evitarlos. Cuando escuches alguna de estas frases antes de pasar el presupuesto, teme por tu bolsillo.
1. Su primera frase al explicarte el trabajo es “es para ayer”
Mientras mayor es el apuro del cliente en un trabajo, mayor va a ser el tiempo que tarde en pagarte
Este es un clásico para diseñadores que tercerizan para agencias y estudios. Por algún motivo, es conocido que mientras mayor es el apuro del cliente en un trabajo, mayor va a ser el tiempo que tarde en pagarte luego. Seguramente te apurará, te presionará para que entregues los originales, y luego tendrás que perseguirle, llamarle y enviarle decenas de mails sin respuesta para que te dé tu dinero. Como dice el viejo proverbio ancestral: cobrar 50% al inicio, cobrar 50% antes de la entrega final.
2. “Es una gran oportunidad, va a tener una gran exposición”
Todos alguna vez nos hemos cruzado con esta especie oportunista. ¿Cuánta gente al ver un diseño se pregunta “quién habrá diseñado esto”? La respuesta: Nadie, excepto tal vez otros diseñadores, los cuales compiten contigo y no les interesa contratarte.
El diseño no es ilustración y es muy difícil que tenga ese sello de autor característico del arte (los más puristas dirán que es pecado que lo tenga). A menos que estés buscando sumar para tu portfolio y de alguna manera te sientas comprometido con la causa o el producto, evita por completo este cliente, nunca suelen traer más trabajo, mucho menos trabajo pago.
3. “Me haces un boceto para ver la idea antes empezar”
La ecuación es simple, el tiempo es dinero, y el boceto lleva tiempo. Por lo general son clientes indecisos que no tienen claro que quieren o necesitan y no consideran al diseño como una inversión. Lo más probable es que se arrepientan, dirijan su atención a cualquier otro asunto sin importancia, y en el mejor de los casos, te respondan luego de 3 meses para decirte que ha cambiado la idea, y adivina que: necesitan un boceto para esa nueva idea.
4. “Necesito un diseño sencillito”
En poco tiempo lo que comenzó siendo un diseño de un icono simple, se ha convertido en un flyer complejo
Esta es la señal más clara que no le interesa pagar por tu trabajo a este cliente. Te tentará a aceptarlo haciéndote creer que es un diseño simple, de esos que se realizan en 20 minutos y no requieren una gran investigación. Tu pensaras: “dinero fácil”, y aquí está la trampa. Cuando entregues el sencillo trabajo, te responderá con un “qué tal si le agregas esto aquí…” y en poco tiempo lo que comenzó siendo un diseño de un icono simple, se ha convertido en un flyer complejo con decenas de correcciones. La única manera de evitar quedar enredado con estos hábiles manipuladores, es desde el comienzo cortar con la frase “lo sencillo sale caro”.
5. “Después de esto, te pediré muchas más cosas”
Este punto es muy común. Esos clientes a los que no conoces de nada, ellos a ti tampoco, pero eso da igual, ya te prometen una relación laboral eterna y fructífera. Nada de eso es verdad, tan solo quieren conseguir un trabajo gratuito. Aquellos clientes que realmente quieren cosas te las pedirán llegado el momento.
Para terminar este artículo, hecho por aikidodeoficina.com y terminado por Waarket me gustaría comentar que, con los años dedicados al diseño gráfico y lidiando con todo tipo de clientes (en este artículo podréis ver la definición de varios tipos: “Los 7 tipos de Clientes”), he llegado a la conclusión de que muchas veces, los clientes (mal pagadores, quede esto claro) no te pagan por el trabajo que les has hecho, te pagan por que dejes de darles el coñazo, exigiéndoles el pago, así que no desistas, les has hecho un trabajo y deben de pagártelo. Ve subiendo poco a poco la frecuencia de tus llamadas, o de las visitas a su negocio, hasta que le sea completamente insoportable tu insistencia. Ante su cara dura pon la tuya, pero no permitas que te roben tu trabajo. Este tipo de clientes son una verdadera lacra, son ladrones que nos roban nuestro tiempo que es nuestro modo de vida, y tenemos que utilizar todos nuestros medios para evitarlo.
Eso sí, cuando consigáis que os paguen, incluirlos en vuestra indispensable lista negra y no les volváis a hacer ningún trabajo, y si sois solidarios con vuestro gremio, pasar un comunicado al resto de colegas del sector para que ninguno salga mal parado por este tipo de personajes.
Espero que este post os sea útil y que nadie os engañe con este tipo de metodología.
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