Esta vez repito experiencia. Como va siendo habitual, escribo un post a petición de los lectores. De lo que voy a hablar hoy es sobre cómo crear tu propia empresa. Algo que, como dije en el artículo anterior, es una alternativa muy a tener en cuenta, en el caso de que no consigamos encontrar trabajo por cuenta ajena.
Mi decisión de escribir este artículo viene en contestación a la petición, vía Facebook, de Erik Vergara: “no sé si lo hiciste, pero si no lo has hecho, al menos a mí, me gustaría saber cuánto te costó a ti crear tu empresa, saludos!!!”.
Igual que ha hecho el, si alguno de vosotros tiene algo que preguntarme y yo lo puedo responder, no dudaré en escribir sobre ello. Y como he dicho ya varias veces, y lo seguiré diciendo, lo que escribo son, simplemente, mis experiencias en la materia correspondiente. No es una verdad absoluta, y puede que otra gente piense de forma diferente a la mía. Es la forma en la que yo apliqué alguna solución a algún problema; y si lo escribo aquí, es porque a mí me ha servido.
Sin más, vamos a entrar en materia.
¿Merece la pena crear una empresa?
Seguro que muchos de vosotros os habéis hecho esta pregunta, incluso muchos de vosotros la tendréis, en este momento, rondando por vuestra cabeza. Seguramente conoceréis a mucha gente, sobre todo en estos tiempos que corren, que se han aventurado, lo han hecho y les ha salido mal. Pero también hay muchos otros a los que les está yendo bien. La pregunta que os tenéis que hacer aquí es: “si estáis dispuestos a apostar por vosotros mismos”.
Respecto a la pregunta del título de este apartado. Yo opino que sí, que merece la pena crear una empresa propia. Y os voy a exponer por qué.
1. Nadie te dice como tienes que hacer las cosas.
Me gustaría aclarar aquí que una cosa es que te digan cómo hacer las cosas y otra formarte. Por ejemplo. Un cliente te pide un logotipo. Le haces algo azul, porque el azul es un color que, además de gustarte, consideras que le va bien. Llega tu jefe y te dice que el azul no le gusta, que pongas el naranja. Lo presentas al cliente (de tu jefe) y te dice: “Está bonito, pero, ¿podrías hacérmelo en azul?” Esto, es un ejemplo simplificado de lo que quiero decir. El poder tener iniciativa propia y no tener que pasar por filtros tus resultados finales, es algo que, para mí, no tiene precio.
2. Puedes ganar más dinero.
O menos, según lo buen gestor que seas, de tus clientes y tu tiempo. Lo bueno que tiene este punto, es que nunca te dolerá hacer horas extras. Trabajas para ti y trabajaras sin mirar el reloj. Ese resquemor que nos queda a todos cuando nos obligan a hacer varias horas extras, sabiendo de antemano que no nos las pagarán desaparecerá. Eso sí, trabajarás muchas, pero que muchas horas extra. Eso sí, podrás tener muy buenos meses, económicamente hablando..
3. Puedes trabajar desde tu casa.
Esto es bueno si te organizas bien, pero puede ser malo si no te lo sabes montar. Recomiendo que, si algún día trabajáis desde casa, os lo planteéis como si trabajarais en una oficina. Madrugar, ducharse, cambiarse de ropa, ponerse calzado de calle, incluso que salgáis a tomar el café a la cafetería de la esquina y que volváis a casa. Hacerlo como si realmente fuerais a un lugar de trabajo externo. Nunca os levantéis de la cama y tal cual os pongáis a trabajar, en pijama, zapatillas y sin afeitar! Entrareis en una rutina muy poco recomendable.
4. Disposición total de tu tiempo.
Si necesitas alguna mañana para arreglar cualquier tipo de documentación, no tendrás problema ninguno. Si quieres tomarte un día libre porque necesitas ir a algún sitio, o simplemente porque te sientes un poco mal, no necesitarás pedirlo.
5. Todo lo que hagas será para crear algo tuyo.
Este punto es vital. Tu empresa eres tú. Si ella crece, tú creces. Si a ella le va mal, a ti te irá mal. Es algo muy comparable a tener un hijo pequeño. Tienes que cuidarla constantemente, y no puedes dejar que algo malo le suceda. Si te lo planteas así, estarás más alerta y te irá mejor.
6. Los méritos serán para ti.
Cuantas veces hice trabajos muy buenos y vi como mi jefe los enseñaba como si fueran suyos. Y es que en realidad lo eran. Él me pagaba por hacerlos y por cederle los méritos. Eso es lo que ocurre cuando trabajas para otro. Y si uno de esos trabajos gana un premio, ese premio será para la agencia, no para ti. Y si te vas o te echan, ese premio, ese reconocimiento, no se irán contigo.
7. Puedes llegar a dar trabajo a gente.
Esto os puedo asegurar que es agradable. Cuando ves que tu empresa crece, que necesitas más gente, que gracias a tu idea y tu esfuerzo hay más de una familia que sale adelante. Es muy grato. También a veces duele. Das trabajo a alguien, le preparas, y cuando está listo se va. Si claro. Es ley de vida. Pero aun así. Es una característica muy reconfortante.
Ahora, si después de leer todo esto, te sientes convencido para crear tu propia sociedad. Vamos a ver qué es lo que tienes que hacer.
¿Cómo crear una empresa?
1. Decide: solo o con socios.
En mi caso, empecé con socios. Ahora acabo de Crear Waarket, un proyecto en el que estoy sólo. No podría decir que una fórmula sea mejor que otra, simplemente que hay una para cada situación. Antes necesitaba gente asociada a mí, o creía más en un modelo enfocado a una empresa trabajando en el mismo entorno. Hoy, por varias circunstancias, prefiero trabajar solo. Si me veo desbordado de trabajo o hay algo que no puedo hacer por falta de conocimientos o medios, siempre lo puedo subcontratar.
2. Escoge el tipo de sociedad.
Si estás solo será más sencillo. No tiene por qué ser una sociedad. Puedes ser autónomo. Aunque puedes montar diferentes sociedades, como una SLU (Sociedad Limitada Unipersonal). En mi caso, soy autónomo.
3. Registrar el nombre.
Como autónomo o como sociedad tendrás un nombre fiscal (David Carreño Álvarez), pero puedes tener un nombre comercial distinto (Waarket). Te recomiendo que lo registres. No es caro, se puede hacer por internet, y evitarás que otra empresa, de tu mismo entorno, se llame como la tuya.
4. Contrata los servicios de un asesor fiscal.
Vas a tener mucho que hacer. Mucho que aprender, así que, si además tienes que aprender a llevar la contabilidad y las finanzas de una empresa, te vas a ver desbordado. Contrata los servicios externos de un asesor y despreocúpate de ese tema. Aquí en España hay buenos asesores con precios que rondan los 60€/mes, añadiendo a este precio unos costes por las declaraciones trimestrales y de cierre de año.
5. Crea una imagen corporativa.
Muchos de vosotros sois diseñadores, así que, poco os voy a tener que decir sobre este tema. Pero para el que no lo sea y esté leyendo esto: busca a un diseñador que te haga una buena imagen corporativa. Será mucho mejor que si la haces tú mismo…
6. Busca proveedores.
Si eres diseñador tendrás que buscar: imprentas, rotulistas, empresas de serigrafía, etc. No solo se trata de buscar clientes. También hay que estar preparado para cuando estos lleguen, y negociar con ellos para tener unos precios competitivos. Ellos te ayudarán también a conocer los precios del mercado y así poder hacer tus propias tarifas.
7. Consigue clientes.
Ponte elegante y sal a buscar clientes. Puedes hacerlo en la calle o vía internet. Hoy el encontrar clientes es más fácil que nunca. Con internet no hay límites. Crea una buena promoción, utiliza las posibilidades de las redes sociales, y a por ellos!!!
Creo que se me está haciendo un poco largo este artículo, pero, es que este tema da para esto y muchísimo más. Se que muchos os preguntáis como conseguir el dinero necesario. No es tan caro ni complicado como parece. Yo siempre me basé en la autofinanciación. Ni tengo la suerte de venir de una familia adinerada, ni en mi país, en este momento, fluye el crédito, así que no me quedo otra que aprender a crear algo de la nada. En otro artículo, si os apetece, hablaré más profundamente de este tema.
Espero que esta información os sea útil y os animéis. Y recordad, si necesitáis una buena página web… Waarket.