Esta pregunta hay que analizarla con tiempo y dedicación, sin responder a lo loco. En principio uno puede decir: “no tiene nada que ver tu calidad como diseñador con los precios que pongas…”. Ok, puede ser, pero, ¿realmente no tiene que ver lo que consigues que paguen por tus trabajos, con la calidad de los mismos?
Cuando uno comienza a trabajar como diseñador gráfico por cuenta propia, se encuentra con 2 problemas potenciales.
- Falta de clientes.
- Desconocimiento de las tarifas adecuadas.
Normalmente, esta situación hace que los diseñadores apunten muy hacia abajo los precios de sus trabajos, de este modo se aseguran clientes de una forma rápida, ya que la mayoría de ellos no rechazarán los trabajos por el precio de los mismos. Pero ¿es esta una buena praxis?
Una vez que empiezas a cobrar barato, te resultará muy difícil ajustar, posteriormente, tus precios al mercado. Conseguirás una clientela que recurre a ti por tus precios y no por tu trabajo y, además de bajar los precios del mercado, te labrarás un mal porvenir ya que verás como muchos de los trabajos que infravalores, no tendrán unos beneficios acordes con el tiempo dedicado a su elaboración.
El mercado, muchas veces, ajusta sus propios precios, es lo que llamamos “Ley de oferta y demanda”. Si tienes muchos encargos, podrás permitirte el lujo de subir los precios, si no los tienes, tendrás que bajarlos, pero siempre con cierta moderación y coherencia.
Cómo puedes saber los precios del mercado.
La mejor forma de saber cuánto cobrar por tus trabajos es informándote de cuánto cobra la competencia. Es un recurso muy normal, al principio de tu andadura en el mercado, el pedir presupuestos a otras empresas del sector. Es una gran ayuda para hacerte una idea de por dónde van los tiros. Una vez hecho esto, podrás decidir a qué sector quieres pertenecer, a los baratos o a los caros. Aunque te pueda parecer un método antiético, te aseguro que todos lo hemos hecho alguna vez y lo seguiremos haciendo hasta que tengamos controlado el precio de nuestro tiempo.
Cría fama y échate a dormir.
Esta frase tiene mucha razón. Si haces bien tu trabajo y tus precios son adecuados, ni caros ni baratos, estarás en equilibrio y los clientes acabarán recurriendo a ti. Intenta no dar de menos y tampoco dar de más. Se equilibrado con tus tarifas.
Una forma buena de calcular por ti mismo el coste de tus diseños es haciendo un estimado del tiempo que te llevará. Para este cálculo deberás de tener en cuenta los siguientes puntos:
- La complicación del encargo.
- La prisa del cliente.
- El carácter del cliente.
No es lo mismo un logotipo que un catálogo de tornillos en Alemán. No es lo mismo un encargo para dentro de una semana que para mañana, tampoco es lo mismo un cliente que confía en tu criterio como diseñador que aquel que solo quiere que hagas lo que él considera correcto, y sabes de antemano, que te hace repetir los trabajos una y otra vez.
Si metes todos estos factores en saco y lo remueves, podrás calcular, más o menos, el tiempo que te llevará. Ahora, pon un precio a tu hora de trabajo y multiplica.
Esta fórmula suele funcionar.
En definitiva. Tus precios no te hacen mejor o peor diseñador, pero si cobras por debajo de lo adecuado, estarás desmotivado y esta desmotivación se verá reflejada en tus diseños, y al contrario, si cobras bien por tus trabajos, la ilusión y la motivación, posiblemente hagan brillar tus trabajos así que… ¿Eres mejor diseñador cuanto más caro cobras?
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